viernes, 8 de agosto de 2014

LA...¿TERCERA REPÚBLICA ESPAÑOLA? AL CENTRO, DESPUÉS A LA IZQIERDA.

Mapa de la división de España en el inicio de la guerra civil.       
     En la segunda década del siglo XX, acabada la 1ª Guerra Mundial, en Europa se instaura una crisis social y económica en la que las clases más desfavorecidas, y también las más numerosas, toman conciencia de su situación y comienzan a organizarse. En España, la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), de carácter anarquista, protagoniza en Barcelona múltiples manifestaciones y disturbios y el panorama nacional se desestabiliza.
General Miguel Primo de Rivera.
                      
Alfonso XIII








   Ante tal situación, el General Miguel Primo de Rivera insta al Rey Alfonso XIII a que renuncie al poder e instaura una dictadura militar presidida por él, que duraría desde el 12 de noviembre de 1923 hasta enero de 1930, año en el cual el Rey decide restaurar el Parlamento.
 En abril de 1931 se celebran elecciones municipales, con el triunfo de la Coalición Socialista-Republicana, principalmente en las grandes ciudades y, el 14 de abril de 1931, se proclama la Segunda República española, constituyéndose un gobierno provisional que, presidido por Niceto Alcalá Zamora, estaba integrado por republicanos de izquierdas y derechas, socialistas y nacionalistas, que dirigiría el país hasta que unas nuevas Cortes Constituyentes consolidaran el nuevo régimen.
Proclamación de la II República (14 de abril de 1931)
Himno de la II República.          







               
      El Rey Alfonso XIII, aislado ante la presión popular, se exilia.                        

Niceto Alcalá Zamora.
Gobierno Provisional de la II República.

  El Gobierno Provisional emprendió varias reformas, muy demandadas por la población: aprobó la Legislación Educativa, inició la Reforma Agraria, las Reformas Laborales, del Régimen Militar y puso en marcha el Estatuto Provisional de Autonomía de Cataluña.
 Pero, a pesar de acabar con la institución monárquica y de las múltiples reformas acometidas, la cosa no iba bien; la crispación se instaló en la sociedad, materializada en las huelgas y disturbios promovidos por los anarquistas de la CNT; los enfrentamientos entre el nuevo gobierno y la Iglesia Católica, representada en su sector más conservador por el Cardenal Segura (Cardenal Primado de Toledo), desembocaron en una explosión de rancio anticlericalismo que culminó, en mayo de 1931, en el asalto y quema de iglesias y conventos y en el asesinato de religiosos, con el consiguiente distanciamiento entre la población católica y el nuevo orden.

      El gobierno provisional estaba formado por grupos de ideología y puntos de vista muy variados:
CONSERVADORES: Los más destacados fueron Niceto alcalá Zamora y Miguel Maura, ambos pertenecientes a la Derecha Liberal Republicana y representantes del sector más conservador.
 LOS PARTIDOS REPUBLICANOS:

  Acción Republicana. Liderado por Manuel Azaña, destacado intelectual y político del siglo XX, fue el partido de mayor peso del conglomerado republicano por más competente.
  Partido Radical-Socialista. Liderado por Álvaro de Albornoz y Marcelino Domingo, se caracterizó por su talante autoritario.
  Partido Radical. Liderado por Alejandro Lerroux, se le adjudicaron dos carteras ministeriales en el Gobierno Provisional. De carácter centrista, acogió a monárquicos de izquierdas y republicanos de derechas y dirigió la oposición al gobierno.
  Grupo de los Socialistas. La formación más importante era el PSOE, representado por Fernando de los Ríos (intelectual de raíz humanista y liberal), Francisco Largo Caballero (sin estudios universitarios, representaba la tradición sindical del partido) e Indalecio Prieto (periodista bilbaíno partidario de la colaboración con los republicanos).
                Finalmente, en junio de 1931, se celebraron las Elecciones a Cortes Constituyentes, con el resultado de la victoria de la Coalición Republicano-Socialista y, en diciembre, se aprobaría la nueva constitución. Las novedades de la nueva carta magna podrían resumirse en:

SOBERANÍA POPULAR: el nuevo estado español es una república democrática de trabajadores de todas clases (¿?) en la que el poder reside en el pueblo.

SUFRAGIO UNIVERSAL: las mujeres adquieren el derecho al voto. Todo ciudadano mayor de 23 años, sea hombre o mujer, tiene el derecho a ejercer el voto.
  El S XX es el siglo de la liberación femenina con personajes como Clara Campoamor, republicana de izquierdas y feminista, que luchó por la igualdad de las mujeres.

"Tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el Derecho Natural, el Derecho fundamental que se basa en el respeto de todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo...."
(Clara Campoamor, intervención en el Congreso de los Diputados el 1 de octubre de 1931)

Clara Campoamor (Madrid 1888-Laussanne 1972).
RECONOCIMIENTO DE MÚLTIPLES DERECHOS: derecho a la educación, al divorcio, a la equiparación de los hijos legítimos e ilegítimos...
ESTATUTOS DE AUTONOMÍA: por primera vez en la Historia de España se reconoce el derecho de las regiones al autogobierno.
ESTABLECIMIENTO DEL ESTADO LAICO: separación entre Iglesia y Estado reconociéndose la libertad de culto.
                                             

Manuel Azaña.
 Tras la aprobación de la constitución se inició un nuevo periodo, caracterizado por las reformas y conocido como Bienio Reformista (1931-1933), cuyo gobierno, formado por republicanos de izquierdas y socialistas, fue presidido por Manuel Azaña. En diciembre de 1931 Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la república.
  Las reformas emprendidas en este periodo, caracterizado por la crisis económica y el paro creciente, se plasmaron en el ámbito de la educación, con la contratación de profesores y la construcción de escuelas e institutos,implantación de la enseñanza mixta y el cese de la Religión como asignatura obligatoria; en el ámbito laboral, con las reformas promovidas desde el Ministerio de Trabajo por el socialista Largo Caballero.
  La Ley de Bases de la Reforma Agraria,la más importante reforma que debía acometer el gobierno de la República por el carácter eminentemente agrícola de España,  se aprobó en septiembre de1932 y básicamente pretendía un mejor aprovechamiento de la tierra para una mayor productividad.
Se establecieron trece categorías de tierras expropiables, con derecho a indemnización salvo las tierras pertenecientes a la nobleza, y se buscaba el asentamiento de campesinos carentes de tierra propia en latifundios insuficientemente explotados. La complejidad del proyecto y la falta de medios la convirtieron en un fracaso, junto con el descontento de los campesinos, que no veían materializados sus anhelos de progreso,y el de los propietarios, que por el carácter expropiable de sus tierras, sufrieron la devaluación de sus terrenos.
   Con un campesinado decepcionado y una derecha desorganizada, representada por el Partido Radical de Lerroux; con una izquierda revolucionaria, también disidente del nuevo Gobierno, representada por la CNT, con la Federación Anarquista Ibérica (FAI) y con la postura asimismo radical del Partido Comunista de España (PCE), todo ello aderezado por una crisis económica, el descontento generalizado estaba servido y nada podría contener la inestabilidad social, la explosión de violencia. Las manifestaciones y disturbios se sucedieron con los consiguientes enfrentamientos entre manifestantes y la Guardia Civil. Para mayor crispación, al unísono de la Ley de Reforma Agraria, el Estatuto de de Autonomía de Cataluña, ambos discutidos en las Cortes, encendieron la mecha de los militares, y el General Sanjurjo intentó un Golpe de Estado en Sevilla, el 10 de agosto de 1932 (la "Sanjurjada"), que no triunfó.
Golpe del General José Sanjurjo  en Sevilla.

   Pese a todo, las Cortes aprobaron la Ley de la Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía de Cataluña, triunfando Marçesc Marciá por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en las primeras elecciones autonómicas, con un gobierno republicano central muy desgastado y con una derecha cada vez más organizada y fortalecida. La violencia seguía produciéndose con terribles matanzas, como la de Casas Viejas, protagonizada por campesinos  anarquistas y la Guardia de Asalto (creada en el reinado de Alfonso XIII y rehabilitada en la II República por Miguel Maura)  que provocó las elecciones de noviembre de 1933. En realidad, la Guardia de Asalto fue la precursora de las actuales Fuerzas Antidisturbios, que pretendían minimizar los daños creados por una fuerza militar como la Guardia Civil, con medios y métodos pensados para la guerra.
 La derecha, cada vez más organizada, se presentó a las elecciones de 1933 en distintos grupos:
CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE DERECHAS AUTÓNOMAS (CEDA), que dirigida por José María Gil Robles, representaba a la Iglesia Católica y el entorno católico.

RENOVACIÓN ESPAÑOLA, cuyo líder era Calvo Sotelo, eminentemente monárquica.

FALANGE ESPAÑOLA, dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo de Miguel Pimo de Rivera, y heredera del movimiento fascista de Benito Mussolini, resumió en 27 puntos su ideología.

José Antonio Primo de Rivera.
" Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esa tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos, de los grupos y de las clases."

  En su primer punto declara:

" España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos. La constitución vigente, en cuanto incita a las digresiones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso deseamos su anulación fulminante."



   Las elecciones de 1933 se saldaron con la victoria de los conservadores: la CEDA y el Partido Republicano Radical, en un clima de abstención promovido por la izquierda y los grupos anarquistas, y con nuevos altercados, que provocaron la muerte a más de 100 personas, en su mayoría anarquistas.


Alejandro Lerroux García.

 Alejandro Lerroux, tras las elecciones, formó gobierno con miembros de su partido, apoyado en Las Cortes por la CEDA de Gil Robles. Con ello se iniciaría lo que se dio en llamar el Bienio Radical-Cedista (1933-1936) que, presionado por la derecha, acometió el desmantelamiento de las reformas emprendidas por el anterior gobierno y puso freno a los Nacionalismos: Estatuto de Autonomía vasco, promovido por el PNV, y enfrentamientos con la Generalitat de Catalunya, presidida por Lluis Companys, dirigente de ERC, que se fue acercando cada vez más a la izquierda radical.
 La Reforma Militar también se vio modificada, y militares claramente antirrepublicanos fueron ubicados en puestos clave: Francisco Franco, Mola, Goded...
 Mientras tanto, en Europa se polarizaba también el espectro político con el ascenso al poder de Adolf Hitler,en enero de 1933, y la consolidación de Stalin como dictador en la URSS. España también sufrió la radicalización de todos sus partidos y la división entre unas derechas y unas izquierdas cada vez más irreconciliables y enfrentadas.
 En 1934 la CEDA de José María Gil Robles, que había obtenido una buena "clasificación" en las Elecciones Generales del año anterior, le exige más protagonismo a Lerroux y éste, presionado por el presidente Alcalá Zamora, decide incluir en el nuevo gobierno a tres ministros de la CEDA: Rafael Aizpún, en el Ministerio de Justicia; José Oriol Anguera de Sojo, en el de Trabajo, Sanidad y Previsión Social; y Manuel Giménez Fernández, en Agricultura.

José María Gil-Robles Quiñones.
  Con el antecedente de Austria (brutal represión llevada a cabo por los equivalentes a la CEDA española. no nos extenderemos más) y la decepción de una izquierda que veía el ascenso en el poder mundial y local del fascismo, el PSOE, UGT, CNT y el PCE convocaron una Huelga general contra el Gobierno de la República que daría como resultado La revolución de 1934. Con un fracaso en Madrid (con escasa participación y detenciones de dirigentes de izquierdas), en Cataluña (Companys reivindicó la independencia de Cataluña-qué obsesión-y fue reprimida por el ejército), se montó "la gorda" en Asturias; la República, tan añorada por muchos a día de hoy, reprimió la Revolución de Asturias con total violencia, y para tal fin envió al "comandantín" (así se le conocía en Asturias cuando se paseaba arrogante a caballo por las calles de Oviedo) Francisco Franco, que después sería nuestro "caudillo por la gracia de Dios". Paradojas de la Historia después de una Guerra Civil, que muchos que no la han vivido, aún pretenden remover el cieno, formado por la tierra que cobija a los muertos y las lágrimas vertidas por sus allegados de ambos bandos. La República no es mala como opción de sistema de gobierno y es más justa en su esencia que la monarquía, basada en una casta que se perpetúa en el poder transmitiéndose de padres a hijos en una endogamia política y genética que corrompe a personas (en lo físico y lo mental) e instituciones; pero una monarquía parlamentaria es otra cosa: es una representación al servicio del pueblo, una reliquia del pasado hecha presente que solamente pueden tener los pueblos con muchísima historia y grandeza a sus espaldas (no hablaré de la riundad, que también existió, porque es patrimonio de todas las naciones, nuevas o añejas). Prefiero un mal rey (sabiendo estar en su sitio) que el mejor de los líderes populistas o caudillo chusquero...


   La Revolución triunfó en Asturias promovida por la UGT y la CNT y, principalmente, por el PSOE. los disturbios fueron una auténtica guerra civil, con los mineros de las cuencas del Caudal y Langreo tomando la ciudad de Oviedo y sembrando la devastación.

 
«Tras nosotros el enemigo sólo encontrará un montón de ruinas. Por cada uno de nosotros que caiga por la metralla de los aviones, haremos un escarmiento con los centenares de rehenes que tenemos prisioneros»
  
 Muchos edificios fueron dinamitados y quemados, y varias bibliotecas ovetenses, entre ellas la de la UNIVERSIDAD DE OVIEDO, fueron arrasadas por las llamas. La publicación inglesa Te National Review lo comentaba en sus páginas:


«...excepto en la región minera de Asturias, donde los mineros se apoderaron de la capital de la provincia, Oviedo, que ocuparon durante diez días, causando gran mortandad y cometiendo muchas atrocidades, además de destruir con dinamita y petróleo la mayor parte de los mejores edificios de Oviedo, incluyendo la Universidad y su biblioteca, los tribunales de justicia, el palacio del obispo, dos conventos, una iglesia, y los hoteles más importantes. Oviedo permaneció durante esos diez días bajo un reino de terror, mientras una guerra civil comenzaba en las montañas entre un destacamento del ejército español y los revolucionarios. Se estima, por fuentes fidedignas, que de unas 2.000 a 3.000 vidas se perdieron antes de que la ley y el orden fueran restablecidos, pero no hay ninguna evidencia que demuestre que las tropas cometieran abusos, según han intentado probar los socialistas extranjeros, apologistas de los revolucionarios.»

   Pero no todos los socialistas se sintieron orgullosos de la Revolución de 1934, que sería un antecedente más de nuestra Guerra Civil. Así, Indalecio Prieto, habría de expresarse en el Círculo Cultural "Pablo Iglesias" (el de antes, se supone; el fundador del PSOE) de Méjico, en 1942:

 «Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en aquel movimiento revolucionario. Lo declaro, como culpa, como pecado, no como gloria. Estoy exento de responsabilidad en la génesis de aquel movimiento, pero la tengo plena en su preparación y desarrollo. Por mandato de la minoría socialista, hube yo de anunciarlo sin rebozo desde mi escaño del Parlamento. Por indicaciones, hube de trazar en el Teatro Pardiñas, el 3 de febrero de 1934, en una conferencia que organizó la Juventud Socialista, lo que creí que debía ser el programa del movimiento. Y yo –algunos que me están escuchando desde muy cerca, saben a qué me refiero– acepté misiones que rehuyeron otros, porque tras ellas asomaba, no sólo el riesgo de perder la libertad, sino el más doloroso de perder la honra. Sin embargo las asumí.» 

Indalecio Prieto.

  No todos los socialistas, como Largo Caballero en aquel presente, y como otros más en el futuro, asumirían el desastre de la Revolución de 1934, que en número aproximado se cobró más de 1300 muertos. También hubo muchos detenidos y encarcelados como Companys y Manuel Azaña, que no secundaron la revolución, y Largo Caballero e Indalecio Prieto (digamos... La cabeza de turco, el testaferro cuando no existía Ferraz).
  En 1934 el diario "EL SOCIALISTA"  publicaba:
   “Ahora piden concordia, es decir, una tregua en la pelea, una aproximación de los partidos, un cese de hostilidades. Eso antes, cuando el Poder presentaba todas las ejecutorias de la legitimidad... ¿Concordia? ¡No! ¡Guerra de clases! ¡Odio a muerte a la burguesía criminal! ¿Concordia? Sí: pero entre los proletarios de todas las ideas que quieran salvarse y librar a España del ludibrio. Pase lo que pase, ¡atención al disco rojo!”.
  Como podemos ver en la "moviola" PASADO-PRESENTE-PASADO, el odio y el ludibrio son elementos comunes en nuestra política, con los mismos partidos rebautizados (algunos) o remasterizados (otros).


Compnys declara el "Estat Catalá".


  En Asturias también había "movida":

Guardia de Asalto en la "escalerona" de la playa de San Lorenzo de Gijón.

  Tras los acontecimientos de 1934 el profesor Salvador de Madariaga rojo, exiliado a su cátedra de Oxford, diría:

“Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936”.

  Mientras tanto, el "comandantín" Francisco Franco fue ascendido por el ministerio de Gil Robles a la categoría de Jefe del Estado Mayor.
 Pero, para tensar más la cuerda de la polarización entre las dos Españas, cada vez más divididas y enfrentadas, dos holandeses fulleros, Strauss y Perlowitz, propusieron un juego de ruleta electrónica que fue un auténtico fraude (Stra-Perl), amparado por el  Presidente del Gobierno, Alejandro Lerroux, y que daría lugar al término Straperlo o Estraperlo, que designa la venta ilegal, en el mercado negro, de toda mercancía sin sujección a tasas. El Partido Radical cayó en un auténtico descrédito y se convocaron nuevas elecciones en febrero de 1936.

Estraperlo.
  No he querido meterme en la Guerra Civil española, la de 1936, no las Guerras Carlistas, porque todos más o menos la hemos vivido a través de nuestros parientes, marcando de algún modo nuestra existencia; tratando de polarizar nuestro pensamiento político y humano para que el río de sangre y odio se prolongue en el tiempo. Es curioso cómo la Historia se repite cuando se dan circunstancias afines, las que estamos viviendo ahora, con una crisis y con unos políticos que-parece ser-nunca aprenderán la lección (y a estos cabrones ¡Les pagamos!).
 Rematar al barón de Montesquieu (la Justicia en este país hiede) y resucitar los fantasmas de una masacre que se produjo en España y se repite en Gaza (o
Ġazza), también en Ucrania, y podría reproducirse (sin sangre, eso sí) en una España agotada por los acontecimientos que estamos viviendo, me parece muy poco original: Habría que darle un empujón a la Historia y cambiarla, empezando por cambiar a los Partidos Políticos obsoletos y a sus militantes, que en otros tiempos querían llevar "la imaginación al poder" Me pregunto: ¿Cuándo los políticos han tenido un mínimo de imaginación, si la imaginación fue el mayor enemigo de los Políticos...?
 Pero nuestros gorrones de bitácora sí tienen imaginación, para las maldades: incendios en ayuntamientos antes de una inspección de archivos, termitas "gordillas" que se pulen documentos como Sancho se pulía las viandas en las bodas de Camacho, fortunas inimaginables recibidas de parientes pobres...
 Y la Justicia silbando el lamento del cabrón.
 Pocas opciones nos quedan a los españoles antes de llegar al 201. ...Sabrá Dios, con la "renovación política" que se nos ofrece, para no volver a lo anterior, al Frente Popular de Pablo Iglesias bis (JA JA JA, debe de ser una terrible condena del destino apellidarse así, por segunda vez) o para seguir en la misma mierda en la que nos revolcamos desde hace décadas creyéndonos privilegiados.
 Lo cierto es que ni España, ni Europa ni el Mundo Mundial va bien, aunque nuestra "caspa" quiera convencernos de lo contrario. Pero yo no pretendo convencer a nadie de lo contrario porque no soy político (me gano la vida honradamente con mi trabajo, ganado a pulso) y, además, tengo problemas personales más importantes que atender.