sábado, 10 de noviembre de 2012

SEMÁNTICA O COBARDÍA.

El edificio del Tribunal Constitucional.


     En el artículo 14 de la Constitución Española (1978) se dice textualmente: "
Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
  Es un buen principio para perfilar una sociedad libre y justa en la que se respeten las distintas opciones vitales, voluntarias y sin imposición por mayoría, o por naturaleza imperante, para comenzar a dar un paso en la reconciliación de todos los seres humanos y demás animales, que habitamos este mundo con un único fin: La supervivencia y la libertad hasta la muerte; la dignidad de una trayectoria vital que nos lleve al destino final común sin tener que sortear obstáculos artificiales, simplemente personas con ganas de vivir plenamente nuestra humanidad.
  Había una cuestión pendiente y la hay en muchos países, incluso de nuestro entorno tan civilizado, que la Iglesia (paradigma de la hipocresía) ha zanjado con una cuestión púramente semántica: MATRIMONIO, ese matrimonio que las altas jerarquías de la Iglesia ( tan entendidas en sexo, con su celibato impuesto) han arrastrado por el fango con el Tribunal de la Rota, que rompe matrimonios eclesiásticos previo pago de buenas sumas de dinero o por intereses de conformidad: Nuestra Princesa Letizia estaba casada anteriormente, por lo civil, pero "Nihil Obstat" al matrimonio eclesiástico con el Príncipe Felipe.
 A las parejas homosexuales, hombres o mujeres, se les ha negado el artículo 14 de la Constitución pero se les cobran impuestos y se les aplica la legislación de manera más dura que a los asesinos de ETA, que les pagamos la fecundación in vitro para que una boa constríctor, vieja y etarra, pueda salir de la cárcel por maternidad para concebir hijoputas como élla. Y en esto está la Iglesia más radical y los políticos del mismo signo, que comen las hostias a puñados y se bañan diáriamente en agua bendita.


  José Luis Rodríguez Zapatero, el peor presidente de toda la democracia, ha modificado el artículo 32 de la Constitución Española con la ley 13/2005: El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”. (artículo 44 del código civil modificado).
 Una sociedad más justa comienza por respetar las diferencias vitales de las personas que la integran, en el marco legal de una Constitución, y reconociendo su aportación a dicha sociedad como un ciudadano más. El verdadero problema en este caso es la cobardía de no reconocer los derechos y las libertades de las personas "diferentes", escudándose en una cuestión semántica cuando lo que subyace en realidad es un rechazo visceral a otra forma de vivir la sexualidad, que no depende de la voluntad del individuo heterosexual u homosexual. Hasta ahora la ciencia no ha podido explicar la orientación sexual, aún retrocediendo en el tiempo a la frenología: Un núcleo hipotalámico más grande en los homosexuales masculinos, un disbalance hormonal como decía Marañón... O, quizás  un padre alcohólico como apuntaba el "eminente" psiquiatra, con nombre y apellidos de "Mortadelo y Filemón" que fichó el PP para un asunto relacionado con lo que nos ocupa (después se retractaría de tan nefasto fichaje). No. no se trata de una cuestión semántica sino más bien de una cuestión semiótica o semiológica, como prefieran nombrarla; una cuestión de significante-matrimonio (del latín, matrimonium)-y significado: libertad para elegir una pareja en una sociedad libre con los mismos derechos que asisten a toda persona por el mero hecho de estar en ella y participar con las mismas obligaciones que tu vecino.
 Llámese como se quiera, cualquier persona tiene derecho a emparejarse con quien mejor esté y gozar de los beneficios de la ley y del deber de cumplirla, en la intención de lograr una estabilidad emocional y social sin tapujos y sin complejos para el logro de su felicidad. Pero los "podreres" siempre han tratado de "sodomizar" los cuerpos y las mentes en el obsceno intento de introducirse en el pensamiento y en alcoba ajena, imponiendo sus "sanas virtudes" de las que no gozan. 
 ¿Cuestión semántica? ¡No! es cuestión de cobardía por no querer asumir el derecho que tenemos las personas a decidir sobre nuestras vidas en cuestiones tan asépticas como la pareja sexual y que ésta tenga pleno derecho ante las leyes, aunque sea diferente al modelo impuesto.
 Se preguntarán ustedes muchas cosas, entre tales el por qué de este post. pues bien:
 Porque amo la libertad y, como practicante de uno de los oficios más viejos del mundo, escucho muchos dramas día tras día y las personas a las que asisto se desnudan ante mí física y psicológicamente, sin temor, sin miedo, solamente esperando que alguien les escuche sin el menor reproche ni juicio de valor, en una esperada catarsis que ambos compartimos con el consiguiente enriquecimiento mutuo. Ello incluye a los homosexuales salidos o no del armario, con pareja o solitarios, aceptados por sus familias o repudiados...
 

 

  Con la decisión del TC se ha hecho justicia y se ha dado un paso más a la modernización de un país que está obsoleto en muchas cosas, por ejemplo, la tolerancia y la convivencia entre todos los españoles.
 Ustedes dirán.