domingo, 17 de junio de 2012

Querida Grecia (κυερίδα γρεκία: χαι κυε ρεσιστίρ).

La acrópolis de Atenas: en primer plano, el Odeón de Herodes ático; en la cúspide, el Partenón de Fidias.>


  Queridos griegos, orgullosos con razón de vuestro pasado y vuestra contribución a la cultura occidental y mundial; displicentes ante el meteco pero amables en el fondo, mediterráneos en cultura y navegación, soberbios contrincantes en batallas antiguas con gran derramamiento de sangre por ambos ejércitos.
  Europa, vuestra Europa adolescente seducida por Zeus, ha engendrado al Minotauro de Creta y las cosas van mal para todos: el asesino del laberinto se ceba en las economías mundiales, especialmente en las europeas, y no hay Zeus que le pare. Vuestro rey, Egeo, ha muerto en las aguas del Mediterráneo al saber la falsa noticia de la muerte de Teseo; pero el Minotauro ha renacido y nos está devorando a todos, griegos y metecos, y necesitamos un Teseo que nos libre; un hilo de Ariadna que nos guíe a todos los hijos de Europa.


¡Έλληνες! στη σειρά, resistir en vuestras eleciones del domingo y el resto de Europa hará lo que pueda por vosostros y por nosotros. Juntos dominaremos al Minotauro.
  Cuando estoy en baja forma me gusta escuchar música griega:


   Brindis por vosotros, con raki, ouzo o retsina, que no ha de cundir la inquina ni el odio en esta Europa mezquina, patio de Monipodio; que todos acabaremos igual, en la sentina, cagatintas por mil € pero felices, bailando y comiendo la dieta mediterránea.
  Cómo covenceros para que no abandoneis Europa.... Pues más de lo mismo:

 ¡Sois parte de Europa!