jueves, 8 de marzo de 2012

GUITARRA AMIGA.

Guitarra española: 40 años de existencia.

GUITARRA DEL MESÓN

Guitarra del mesón que hoy suenas jota,
mañana petenera,
según quien llega y tañe
las empolvadas cuerdas.
Guitarra del mesón de los caminos,
no fuiste nunca, ni serás, poeta.
Tu eres alma que dice su armonía
solitaria a las almas pasajeras...
Y siempre que te escucha el caminante
sueña escuchar un aire de su tierra.
(Antonio Machado)
Antes de empezar, activen este video y sigan leyendo, si les apetece.

Una guitarra, seis cuerdas, una caja de resonancia  con un mástil dividido en trastes separados por unas piezas de metal; unos dedos que han de abordar las cuerdas y pisar los trastes, una cosa muy sencilla en apariencia para producir tanta mágia cuando se sabe hacer, aunque sea a medias. un cuerpo de mujer que canta al son que  le toques, exigiendo la presión adecuada-caricia suave o ataque fortísimo-del amante experimentado, para conseguir el fin deseádo: el sonido y el placer armónicos. Después, ese suave toque a la cuerda con gran precisión para producir el sonido puro, el  harmónico, que sólo se consigue en ciertos trastes como un punto G de la guitarra.

De no existir la guitarra, habría que inventarla y después injertarla en alguna planta para que creciera.






  Entre la guitarra, el intérprete y el oyente, siempre habrá un romance anónimo; un romance de amor tejido entre la urdimbre de las seis cuerdas (o diez, según Narciso Yepes):


 Un último consejo: cojan entre sus manos una guitarra, acaricien su superficie y tienten las cuerdas como si fuese un toro, y sentirán la emoción de lo inesperado.